¿Y sigues pensando que el amor es importante?

 




¿Y sigues pensando que el amor es importante?

Sí, sigo pensándolo. Tal vez ya no como en la adolescencia, cuando, sin entender del todo lo que sentíamos, vivíamos ese amor intenso y sin frenos, ese mar de emociones en el que algo tan simple podía hacer temblar nuestro mundo.

¿Y aún sientes algo por ella?

Sí. Es más que obvio que, con el paso del tiempo, conocí a otras chicas. Pero ese amor profundo que ella me provocó aquel día, en ese salón de clases, nunca desapareció. Aun hoy, tantos años después, la recuerdo con cariño y estima.

Ahora dices que el amor es importante, ¿pero también hay algo más?

Sí. Mira, me enamoré de ella con la intensidad con la que solo un joven, que apenas empieza a descubrir el mundo, puede sentir. Estoy seguro de que expresé mis sentimientos con una pasión que, hasta el día de hoy, no he podido volver a mostrar a nadie más.

La intensidad de aquellos días ha quedado atrás poco a poco. Pero, por momentos, al caminar por aquellas calles y recordar esos días, un destello de esa pasión vuelve a hacer vibrar mi cuerpo, acelera mi corazón, y me hace sonrojar al pensar lo ingenuo y entregado que fui en aquel momento.

Pero ella nunca te correspondió, ¿cierto?

Es cierto. Nunca me correspondió. Pero por un tiempo formamos una bella amistad.

Y es aquí donde entra lo que mencioné antes: estoy seguro de que demostré mis sentimientos con sinceridad y pasión. Y, a pesar de todo, fui rechazado. Hoy, tantos años después, reflexiono sobre aquellas palabras que escuché de mis compañeros: “Ella no es para ti”, “Ella ya ama a otra persona”, “Nunca podrá amarte a ti”.

Tal vez algo de razón tenían. Yo estaba perdidamente enamorado de ella, pero hoy entiendo que el amor, por muy esencial que sea, no puede hacer florecer una relación si no existe la elección mutua.

La elección es algo fundamental para iniciar y hacer crecer una relación.

Yo la elegí a ella, pero ella nunca me eligió a mí.

Aún recuerdo cuando mencionó, en una conversación que supe por terceros, que no cambiaría lo que tenía por nada. Claro, no me lo dijo directamente, pero entendí el mensaje. Y eso me destrozó. Porque, como ha sido común en mi vida, muchas dirían lo mismo.

Hoy entiendo que ninguna estaba equivocada... ni del todo en lo correcto. Cada decisión hubiera sido válida. Porque de eso trata la vida: no todo es blanco o negro; hay una amplia gama de colores.

Por ejemplo, si ella me hubiera aceptado, tal vez solo hubiéramos durado unos meses, y luego nos habríamos alejado. O quizá habríamos durado hasta hoy. Tal vez tendríamos hijos, o tal vez no. Nunca lo sabremos. Ella eligió otro camino, y eso está bien.

Pero con esa decisión, rechazó todo lo que pudo ser... y no fue.

Jamás me atreví a preguntarle si estaba satisfecha con su decisión. Ella nunca lo mencionó. Seguimos hablando por mucho tiempo, incluso cuando ella ya sabía lo que sentía. Y al final, simplemente me dijo que no me veía de una forma romántica. Pero tampoco como un amigo. Solo como un conocido... o algo así.

Eso fue lo que más me destrozó.

Y después de esa noche... no la volví a ver.


Jenri, es sabido que has estado solo todos estos años, pero los que te conocemos sabemos un poco más de tu vida íntima.

Bueno... la verdad es que no hay muchos que la conozcan en profundidad.

Se te ha definido como un hombre poco o nada atractivo. Claro, muchas mujeres han usado palabras incluso más hirientes. Y, viendo los perfiles de algunas chicas que han dicho eso... dinos, ¿eso tuvo un peso fuerte en la preferencia de mujeres que has tenido en los últimos años?

Jeje... siento que quieres saber algo en específico y no lo dices de frente. Pero sí, eso ha tenido un gran peso en mi postura de los últimos años. Me afectó más de lo que imaginaba. No solo por lo que decían de mí, sino porque llegué a creerlo. Y cuando uno se mira con los ojos de quienes lo desprecian... empieza a esconder partes de sí mismo, incluso de quienes tal vez sí hubieran querido conocerlo de verdad.


Entradas que pueden interesarte